Deftéra 19. Por el Golfo Sarónico

sábado, 7 de agosto de 2010

Puerto de Égina

Es lunes, lo que significa que todos los museos y lugares de interés están cerrados. Por ese motivo decidimos cambiar de planes y tomarnos hoy el día de relax que pensábamos pasar mañana en la playa.

Grecia tiene unas 2.000 islas, de las cuales sólo unas 200 están habitadas (estos datos no son fiables y lo peor es que no puedo confirmarlos), pero lo que sí recuerdo es que, en total, las costas griegas suman tantos kilómetros como todo el perímetro de África. De todas las islas posibles, elegimos una de las más cercanas, Égina, situada en el Golfo Sarónico (también llamado Golfo de Égina). En la mitología griega, este golfo era una de las seis entradas al Averno, es decir, al inframundo. En sus aguas tuvo lugar, en el año 480 a.C., la famosa batalla de Salamina, que puso fin a la segunda Guerra Médica entre griegos y persas.

Nos dirigimos, pues, al Pireo, el puerto de Atenas, en el mar Egeo, para tomar desde allí un barco que nos conducirá a la isla. Como el templo de Afaia también está cerrado y el calor aprieta, nos acomodamos en la primera playa que encontramos y pasamos un día tranquilo y de descanso hasta la tarde.

Al regresar a Atenas volvemos a buscar la Pnix. Esta vez tenemos suerte, la encontramos y la disfrutamos porque el lugar tiene fuerza, irradia una energía especial (me recuerda a Tara, en Irlanda).

Vista de Atenas desde la Pnix

La Pnix

En esta colina, hacía sus mítines, Pericles. Aquí, como bien decía Fer, nació la democracia (gracias Fer, porque si no es por ti, no vengo).

Un día más, cae sobre nuestras cabezas la noche desde una colina de Atenas.

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